Dado que la Lengua de Signos Española (en adelante LSE) tiene un alto componente visual, para nosotros fue de vital importancia las sucesivas visitas a la exposición permanente del MARQ, ya que no era suficiente la utilización del signo tal y como actualmente lo conocemos, sino que era necesario enriquecerlo visualmente con las características que, por ejemplo, un cazo, un cuchillo o una sierra, tenían hace cientos de miles de años.
Desde el primer momento vivimos este proyecto como una oportunidad de ofrecer a las personas sordas usuarias de la LSE la información que el MARQ brinda a sus visitantes oyentes. Es por este motivo por lo que cuidamos al detalle la información adaptada en LSE, con el objetivo de no caer en la habitual práctica de reducir la información para hacerla más comprensible, o eliminar ciertas cuestiones que, en opinión de algunos, entrañan una dificultad superior a la que las personas sordas están acostumbradas. De esta manera las personas sordas que vayan al MARQ podrán disfrutar, en su lengua, de la misma información a la que acceden las personas oyentes, ni más ni menos.
Todo esto ha sido posible gracias a la actitud abierta y colaborativa de los profesionales del MARQ, que siempre han estado a nuestra disposición para aclarar cualquier duda.
En definitiva, podemos afirmar que ha sido un placer trabajar con el equipo de profesionales que ha desarrollado este gran proyecto y así luchar conjuntamente por la igualdad en el acceso a la información y a la cultura.
Inma Cascales y Melania Torregrosa
Se permite la reproducción de este artículo manteniendo la integridad del mismo, y siempre que se incluya el enlace a esta página como fuente de referencia.