XML es un lenguaje que define la sintaxis de otros lenguajes de marcación estructurados; un lenguaje de etiquetas extensible que define la estructura de los documentos y, al mismo tiempo, un lenguaje de descripción de datos.
Una característica básica que lo diferencia y lo hace novedoso, pese a su "antigüedad" (su nacimiento oficial fue en febrero de 1998), es su capacidad de compartir datos a cualquier nivel, por todas las aplicaciones y sistemas, dando la posibilidad de compartir información de una forma fácil y segura.
Cada lenguaje basado en XML contiene su propia gramática y sus propias reglas de uso y sólo tiene que cumplir una serie de requisitos imprescindibles para no salirse de la norma, para ser "bien formado":
- Debe expresar la información de manera estructurada.
- Cada parte de esa estructura debe estar bien definida en sí misma y en su relación con el resto de componentes.
El nacimiento de XML está muy vinculado a la creación de SGML (Standard Generalized Markup Language), otro tipo de estándar internacional capaz de definir la estructura y los contenidos de documentos electrónicos de muy diferente tipología. De hecho, XML surgió de la necesidad de simplificar y optimizar SGML, resultando ser no sólo una versión abreviada del mismo, sino que consiguió superarlo, pues los lenguajes que surgían a partir de XML resultaban más concretos y más cercanos a los programadores.
La difusión que ha tenido XML ha sido en buena parte por el impulso que le ha dado Internet y la necesidad de crear, transmitir y procesar información adecuadamente en distintos campos. No es un lenguaje propietario y su uso está muy extendido en ambientes tecnológicos, lo cual facilita la distribución y utilización de los documentos, así como la aplicación de múltiples herramientas de procesamiento estándar.
Son muchas las ventajas que proporciona:
- Información más asequible y reutilizable.
- Mayor precisión en la utilización de buscadores.
- Reciclaje del formato según las necesidades.
- Facilita el desarrollo de aplicaciones informáticas.
- Son posibles usos simultáneos de los documentos.
- Presentación de la información en múltiples dispositivos, como libros electrónicos o teléfonos móviles.
- La navegación es más rápida y eficaz.
Es simple, flexible y fácil de utilizar. Frente a HTML, que sólo se centra en la visualización de la información, que mezcla contenidos y estilo, y que resulta un lenguaje caótico para navegadores y programadores; XML se abre camino cada vez con más fuerza como un lenguaje de lenguajes que describe estructuras de datos que se autodefinen.
En el terreno de las bibliotecas digitales, donde se procesan múltiples tipos de textos y metadatos bibliográficos, XML ofrece un gran abanico de posibilidades, pues se puede marcar de manera más amplia o precisando hasta el más mínimo detalle: desde un capítulo o un encabezado, a una nota marginal de un historiador meticuloso o una palabra tachada de una edición facsímil. Pero XML llega más allá, cambiando la percepción de publicación y edición digital, pues no hablamos de unos documentos con una entrada y una salida, sino que hablamos de crear unos documentos desde los que crear otros, y según las necesidades o intereses de los usuarios y/o clientes darles una transformación determinada, mediante hojas de estilo, para su presentación en Internet. Es más, los documentos XML están preparados incluso para salir del ámbito web y ser eficaces incluso en la impresión de los mismos. Quizás su única desventaja sea el tamaño de los archivos, pero seguro que es una dificultad que podremos ir salvando sobre la marcha.
Sonia Jover
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